¡Maldito amor!

Por Ana Maria Toribio

El Mes de febrero historia y amor

Muchos se preguntan amor para qué, si al fin y al cabo termina en el cementerio; amor para qué, si cuando juras fidelidad con los labios tus ojos están mirando a otro lado. Amor para qué, si cuando te piden cooperación en el hogar recibes insultos. Aún así, no teman amar porque siempre habrá quien lo regale a manos llenas, el único inconveniente es buscarlo como una aguja en un basurero.

El amor no llega al cementerio, nunca mata, de ninguna manera atropella, tampoco insulta, de ninguna forma cela hasta la muerte; se queda en casa, en la familia, te abraza, te besa, te ayuda en tiempos de debilidad. El amor no usa los puños, las palabras hirientes, la voz alta y ruidosa. Lo contrario, usa los puños para masajear tu espalda, usa las palabras para agradecer tu compañía, la voz te susurra al oído y si en algún momento su voz causa ruido es para que todos se enteren cuanto amor siente por ti.

El amor es tolerancia al día malo que tuvo su pareja, es saber guardar silencio cuando pudieras ofender, es mantener distancia durante esos momentos que pueden ser frustrantes entre los dos. Tolerar es amar, es dejar ser lo que esa persona es, es dejar libre las puertas para que salga si quiere hacerlo. Tolerar las diferencias de opiniones y acciones es amor.

El amor resuelve los conflictos de parejas sin empujones, sin patadas, o diciendo malas palabras y jamás utiliza arma de fuego, cuchillos, bates o destruir su rostro con algún tipo de químico. El amor está lleno de buenas intenciones, buenos pensamientos y hasta sinceros sacrificios por el bien del ser amado, incluyendo dejar ir a esa persona que considera robó tu corazón, pero tú no supiste robar el suyo. Eso es amor del bueno.

El amor es amar tu cuerpo, tu mente y tu cerebro. Es no alimentarlo con químicos adictivos y comidas chatarras. Demuestra amor a ti mismo, haz ejercicios, ejercita tu cerebro leyendo temas positivos, nutre tu alma eliminando los rencores, los odios, el egoísmo, las frustraciones y dale a tu templo la ayuda necesaria para su crecimiento sano y evolutivo.

El amor es tolerancia a los demás seres humanos, cuidar las plantas, los animales y vivir cada día como el último en esta vida, sin dañar a nadie ni dañarte ti mismo. Enseñémosle a los pequeños de la familia a respetar a los mayores, a ser generosos con los demás y a ser compasivos con los necesitados. Es una forma sencilla y fácil de revertir el mal rumbo del mundo que nos ha tocado vivir.

¡Me dices te amo, te quiero, no puedo vivir sin ti, pero me maltratas, me insultas, me golpeas hasta enterrarme en una tumba fría…maldito amor!

 

 

 

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