López Obrador: el candidato que (ganando) no sonríe

ContigoNews.com 29 junio, 2018

Andrés Manuel López Obrador llega como favorito a su tercera contienda presidencial. Sus seguidores lo tienen por un hombre honesto, capaz de acabar con la corrupción en México, y sus detractores lo ven como un mesías que amenaza al frágil equilibrio de la democracia administrada el PRI y el PAN.

CIUDAD DE MÉXICO.- El Estadio Azteca lo recibe con la ola, coréandole ‘Presidente / Presidente’ bajo una lluvia de papelillo blanco. Él camina lento hacia el podio, saluda a la tribuna —“Amigas y amigos”— y hace una pausa para abrir la carpeta con el discurso que leerá a continuación: “Con este acto festivo llegamos al final de la campaña 2018. Hay entre ustedes una alegría contagiosa y vibrante, porque el ánimo de la sociedad y las encuestas indican que vamos a ganar las elecciones del próximo domingo”, dice en tono ceremonioso, sin que esa alegría se le contagie o le vibre en el cuerpo durante la hora siguiente.

No es el carisma de Andrés Manuel López Obrador lo que hace rugir al estadio sino su insistencia. Lleva 12 años tratando de gobernar a México, esta es su tercera campaña presidencial consecutiva y está a un paso de lograrlo el 1 de julio, según las encuestas.

Sus seguidores lo tienen por un hombre honesto; una cualidad, si no suficiente, al menos necesaria para creerle que enfrentará la corrupción como lo ha prometido. Mientras, sus detractores ven en él a un mesías que amenaza al frágil equilibrio de la democracia, administrada hasta ahora por dos partidos, el PRI (1929-2000, 2012-2018) y el PAN (2000-2012), y sacudida por una violencia de más de 234,000 muertos en la última década.

López Obrador en su primera campaña presidencial, durante un mitin en El Salto, Jalisco, en mayo de 2006. Iván García / AFP / Getty Images

López Obrador dice estar llamado a encabezar la cuarta transformación en la historia republicana de México, después de la Independencia (1810), la Reforma (1854) y la Revolución (1910). Desde su primera campaña, López Obrador ha vendido la idea de que en México es necesario hacer “revolución de conciencias” para desterrar del poder a una mafia que convirtió al gobierno en una “fábrica de ricos”. Y que solo con lograr ese cometido, acabar con la corrupción, se resolverán en cascada hasta los más graves problemas del país: la desigualdad tremenda, la violencia criminal, la pobreza y hasta la relación de México con sus vecinos.

Con un cabildeo de uno a uno más persuasivo, AMLO logró esta vez sumar nuevos aliados a su proyecto fuera del espectro de la izquierda que tradicionalmente le ha apoyado, unos polémicos y otros inesperados. Desde los evangélicos del Partido Encuentro Social (PES) —que junto al Partido del Trabajo y el Movimiento de Regeneración Nacional conforman la coalición ‘Juntos haremos historia’— hasta figuras que se volvieron claves en su campaña, como el empresario Alfonso Romo, su actual coordinador general del Proyecto de Nación e interlocutor con el sector privado, que en el pasado trabajó con el PAN para lo contrario, para evitar a toda costa que López llegará a presidente.

Ana Maria Toribio / ContigoNews@gmail.com

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