Cómo el proceso para poner a Brett Kavanaugh en la Corte Suprema agravó la polarización

ContigoNews.com 7 octubre, 2018
Durante la confirmación del nuevo magistrado, demócratas y republicanos se trabaron en una batalla que puede haber dejado heridas profundas en la institucionalidad y la imagen del Supremo.
Washington DC .- Brett Kavanaugh se une a Clarence Thomas en la Corte Suprema de Justicia con la distinción común de haber sido los dos magistrados más polémicos y con menos apoyo en el Senado para lograr los cargos que ahora ejercen.
Como Thomas en 1991, el nominado de Donald Trump superó el proceso de confirmación en el Senado por dos votos. El nuevo magistrado, también, llega al Supremo con la nube de una acusación por conducta sexual inapropiada que estuvo a punto de frustrar sus aspiraciones.
El ajustado resultado final y todo el desgarre del proceso de confirmación, rematado con esas acusaciones de agresiones sexuales supuestamente cometidas por el candidato en sus tiempos estudiantiles, son signos del tiempo hiperpolarizado que vive la sociedad estadounidense cada vez más irreconciliablemente escindida entre liberales y conservadores.
Concluida la votación, a las afueras del Capitolio en Washington, podían verse personas llorando y caras de preocupación entre muchos de esos que en las últimas semanas se habían movilizado para expresar su respaldo a la profesora Christine Blasey Ford, quien acusaba a Kavanaugh de haber intentado violarla cuando ambos eran adolescentes.
Esos manifestantes en trance de derrota portaban carteles y camisetas prometiendo “no olvidar” o “votar en noviembre”, una furia que con seguridad buscarán explotar los demócratas para movilizar a los votantes para las elecciones de mitad de período del próximo 6 de noviembre.
36 mensajes que los manifestantes envían a los senadores en las protestas contra Kavanaugh
“Hoy la gente está triste, pero seguiremos esta lucha de la manera como podamos en noviembre y más allá”, aseguró a Univision Noticias Taina Montalvo, una profesora de Nueva York que viajó a Washington a expresar su disgusto con la confirmación de Kavanaugh.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, cerró el debate sobre Kavanaugh con un discurso en clave electoral precisamente convocando a los que estaban molestos o frustrados con lo vivido a ir a las urnas a expresarse (y darle a su partido la mayoría en las cámaras).
La legitimitidad de la corte
La víspera de la votación final sobre Kavanaugh, la magistrada de la Corte Suprema Elena Kagan en un evento en la universidad de Princeton, casi a la misma hora que en el Capitolio de Washington los senadores terminaban de definir los votos con los que aprobarían a Kavanaugh, se lamentaba de que “este es un tiempo realmente dividido”.
En la hora y media que duró el evento de Princeton Kagan y su colega Sonia Sotomayor, no hablaron específicamente de su futuro compañero de tribunal. Ni siquiera lo nombraron, ni se refirieron al drama político que desgarró al país en las últimas semanas, tras el surgimiento de las denuncias de agresión sexual hechas contra Kavanaugh.
Las magistradas hablaban en general de cómo la división política de los estadounidenses está afectando la institucionalidad y particularmente amenazando la legitimidad de la corte que integran.
“Parte de la fortaleza de la corte y parte de la legitimidad de la corte depende de que la gente no vea a la corte de la misma manera como ven al resto de las estructuras de gobierno en el país. Es una cosa increíblemente importante que debe preservar la corte”, dijo Kagan, en referencia a un fenómeno que, aunque agravado con el proceso de Kavanaugh, viene presentándose desde hace tres décadas.
Pero el grado de politización que se vivió en torno a la candidatura de Kavanaugh promete que esa legitimidad institucional de la corte siga debilitándose, en la medida que la vida del resto del país continúa escindiéndose, ahora en torno a la polémica figura del presidente Trump.
Magistrado impopular
Se supone que los miembros de la corte no prestan atención a tendencias de la opinión pública, porque no son políticos ni se deben a los electores.
Y aunque eso no importe en principio, es notable que Kavanaugh sea el nominado al Supremo que más rechazo tuvo en la opinión pública, un 36% en contra, según el sondeo que presentó el Centro Pew en julio luego de que el presidente presentara su nombre a consideración del Senado.
La manera como se defendió durante la audiencia adicional del Comité Judicial que escuchó la acusación de Blasey Ford, acusando a una conspiración izquierdista de promover las denuncias y hasta refiriéndose a una conspirativa “venganza de los Clinton”, mostró una politización nunca vista en un aspirante a un cargo en el máximo tribunal.
Sin embargo, el presidente del comité, el republicano Chuck Grassley, expresó su confianza en que el nuevo magistrado “superará las divisiones” asegurando que el juez “ha mostrado dedicación al servicio público, la tutoría y la diversidad”. Univision.