ARTE, TRADICIONES Y CULTURA…por Zunilda Fondeur… dedicado a la fenecida actriz Julia Estela Gutiérrez

ContigoNews.com febrero 19, 2022
Por Zunilda Mercedes Fondeur

Recientemente (16 de Febrero) fue el natalicio de una inolvidable amiga y para esta fecha, hace nueve años, que lo festejò por ùltima vez. Esta fue la final aparición en público de la actriz Julia Estela Gutiérrez, quien fuera reconocida por los legendarios Premios de la Asociación de Cronistas de Espectáculos, (ACE) que tanto la llenó y reconfortó su espíritu. Fue quien escribe la maestra de ceremonias del referido acto y mi presentación la conmovió tanto, que entró al escenario del fastuoso hotel en Manhattan llorosa… y el pequeño discurso que había memorizado lo acortó.
Quiero proclamar a los queridos colegas Fernando Campos, Lissette Montolío Payán y demás integrantes del comité elector del renglón teatro en los organizados eventos de La ACE, que esos meses antes de Julia dejarnos, después de recibir el satisfactorio reconocimiento, lograron hacerla feliz, en razón de que la pionera creadora del teatro dominicano en el alto Manhattan y talvez en el exterior, actuó en películas, documentales, incluyendo con la BBC de Londres.
Fue a mediados de la década de los 80s. cuando el Teatro Emoción se integró, bajo la iniciativa de Julia y presentaba comedias y dramas. Entre los fundadores recuerdo los nombres de Luis Felipe Rodriguez y Roberto Sánchez y siempre contaron con el apoyo de Marcos Castillo, cuñado de Julia y otros familiares.
Nunca voy a olvidar aquella bata para embarazada estampada con fondo azul intenso, que Julia me hizo en el año
1987, cuando esperaba a mi hijo Manuel Esteban Fernández (Junior) con la que aparezco en algunas fotos con don Rafael Herrera, respetable y admirado director del periódico Listín Diario, mi jefe, en una visita que girara a nuestras oficinas del legendario rotativo, en Nueva York.
También, recuerdo que los directivos de la Asociación de Periodistas le organizamos una conferencia que él pronunció con gusto, enriquecedora para nosotros.
La premura con la que Julia me cosió la bata referida, obedeció a que se retiraba a nuestro país, la República Dominicana, sueño que acarició por años, hasta dejar a sus dos hijas adultas graduadas universitarias y trabajando.
Pero la primera decepción de la hermosa mulata la constituyó el incumplimiento de contrato de la familia a la que había alquilado su casa en Santo Domingo, por lo que hubo de esperar mucho tiempo, antes de que se la entregaran deteriorada, por lo que hubo de rentar una casa y entre sus actividades hizo teatro, grabó documentales, películas y comerciales e hizo teatro en Bellas Artes y otros lugares, hasta que notó que se exponía al peligro de ser asaltada y que le quitaran el carro a altas horas de la noche, cuando terminaban los ensayos..
La apreciada Julia, tenía disposición para llevar y distribuir las cosas que le enviábamos en cajas por embarque, con comida, ropa y cualesquiera efecto y medicina que regalaban los visitadores a médicos y que nuestros amigos los doctores nos aportaban.
Julia adoraba los animales y hasta el final de sus días tenía varios perros y gatos, alimentaba aves y diariamente llenaba latas de mangos para regalar a los transeuntes pobres, muchos de ellos vendedores y ofertantes para el quehacer en los hogares, jardín, plomería, etcétera; porque la enorme mata que tenía en el patio, paría todo el año.
Pienso, que entre las cosas que pudieron haber ocacionado su deceso, fue la pena de que en tres días constantes le envenenaran dos perros (a los que curaba las garrapatas con tanta dedicación), cinco gaticos y al último día, su perrita chihuahua, la que constituyó su mayor alegría, porque era la que estaba dentro de su enorma casa en Gazcue y se le subía a las piernas cuando ésta se sentaba en la mecedora.
Por su edad y temperamento franco, sufrió cuando un familiar necesitó que ella lo recibiera con su esposa y una niña hiper activa lo cual ella aceptò cn reticencia, sin imaginarse lo difìcil que serìa la situaciòn para ella. La base de mi pensamiento está sustentado en sus propias confidencias hecha a esta servidora, hasta el punto de desahogarse por teléfono y quejarse de que la niña le había hecho destrozos en la casa y tumbado el enorme árbol de navidad, que casi había terminado de adornar. Puede ser, que la condiciòn involuntaria de la pequeña, fuese parte de la motivación para el fulminante infarto dado a Julia, al cual no sobrevivió.
Este relato, me parece, puede servir para que se entienda, que a las personas mayores se les debe respetar sus espacios y rutinas.
Julia Estela Gutierrez, fue en Nueva York una polifacética diseñadora y patronista y junto con su fenecido esposo regenteó bodegas.
Q.E.P.D. La pionera del teatro dominicano en Nueva York, Julia Gutiérrez y que Dios haya perdonado sus pecados y tomado en cuenta sus bondades.
En la gráfica refrescada por Benny Salsa, además de Julia, vestida de azul, aparecen otras importantes figuras reconocidas, como el escritor y periodista Ramón Darío Jiménez y los productores de televisión showman Roberto Alayon, Rafael Montolío (fallecido también) y el empresario y gran mecánico automotriz, Manuel Jiménez persona que aparece al extremo derecho.
«Los buenos seres humanos siguen vivos en nuestros corazones».
Feliz cumpleaños en el cielo para Julia Gutiérrez, actriz dominicana que hizo camino al andar en EE.UU.

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